La situación no solo afecta a Alemania. Las plantas de Volkswagen en otros países ya han recibido notificaciones de recortes.
Volkswagen enfrenta una de las mayores crisis en su historia reciente, tras anunciar a finales de agosto el posible cierre de algunas plantas y recortes de personal, debido a una competencia cada vez más agresiva por parte de fabricantes asiáticos, especialmente los chinos. Este anuncio ha generado nerviosismo en otras plantas del grupo, que en su momento fue el mayor fabricante de vehículos del mundo.
Oliver Blume, director general de Volkswagen, ha confirmado en una entrevista con medio local Bild am Sonntag que la situación económica de la compañía es preocupante, y que no pueden “dejar que todo siga como antes”. Blume explicó que la principal causa de estos problemas radica en una caída en la compra de vehículos y el aumento de la competencia asiática.
“El pastel se ha hecho más pequeño y tenemos más invitados a la mesa”, señaló, refiriéndose al entorno cada vez más desafiante para la marca Volkswagen.
Aunque reiteró el compromiso de la automotriz con Alemania, Blume reconoció que las medidas de reducción de costos son inminentes para adaptarse a este entorno más competitivo.
Las claves de la crisis
Uno de los factores que ha mermado la capacidad de Volkswagen para competir ha sido el escándalo del “dieselgate” en 2015, cuando se descubrió que la empresa había instalado software ilegal en millones de automóviles diésel para manipular las pruebas de emisiones. Las multas y compensaciones resultantes redujeron significativamente su capacidad de inversión, justo en un momento crítico en el que debían pivotar hacia la electrificación.
A pesar de los esfuerzos por desarrollar vehículos eléctricos, las ventas no han alcanzado las expectativas, mientras que las marcas chinas emergentes han tomado la delantera en este segmento. Además, Volkswagen ha quedado rezagada en la tecnología híbrida, un campo dominado por competidores japoneses como Toyota, que ahora ostenta el título de mayor fabricante mundial de vehículos.
La presión financiera sobre la compañía es evidente. Arno Antlitz, director financiero de Volkswagen, advirtió que la empresa lleva años gastando más de lo que gana, una situación insostenible a largo plazo. Antlitz subrayó que tienen entre uno y dos años para corregir el rumbo.
Las palabras de Antlitz y Blume han acentuado la tensión con los sindicatos, particularmente con IG Metall, que ha prometido resistir cualquier intento de despidos o cierres de fábricas.
Volkswagen, con una fuerte representación sindical, no ha cerrado una planta en cuatro décadas, pero analistas destacan la presión para reducir su exceso de capacidad productiva.
Daniela Cavallo, presidenta del comité de empresa, culpó a la dirección de la crisis actual, argumentando que los empleados no deberían pagar las consecuencias. Volkswagen ha empezado a cancelar acuerdos laborales históricos, como la garantía de empleo hasta 2029 en seis plantas en Alemania, lo que ha disparado los temores de despidos masivos.
El sindicato IG Metall ha propuesto una semana laboral de cuatro días como alternativa a los cierres de fábricas, replicando una estrategia similar implementada en los años noventa. Sin embargo, las conversaciones para renegociar los términos laborales se anticipan difíciles.
Mientras tanto, en México…
La situación no solo afecta a Alemania. Las plantas de l grupo alemán en otros países europeos ya han recibido notificaciones de recortes, y la compañía anunció que en algunas de ellas no se fabricarán nuevos modelos en los próximos años.
En la planta de Audi en Bruselas, que emplea a unas 3,000 personas, la tensión se ha intensificado tras el anuncio del posible cierre de la fábrica y el traslado de la producción del modelo sucesor del Q8 e-tron a México. Esto debido a la baja demanda de los autos eléctricos de gama alta en el mercado europeo, afectadas principalmente por China.
En señal de protesta, los trabajadores de la planta de Audi en Bruselas tomaron el fin de semana pasado las llaves de 200 vehículos y exigieron explicaciones claras sobre el futuro de la fábrica.
La dirección de Audi se ha negado a ceder ante lo que consideran un chantaje por parte de los empleados. La empresa advirtió que, de no devolver las llaves, tomaría acciones legales contra los responsables, apoyándose en las grabaciones de las cámaras de seguridad para identificar a los implicados.
Expansión buscó a Audi México para conocer su posición sobre el tema, pero hasta la publicación del artículo no recibió comentarios.
La planta local de Volkswagen, por su parte, dijo a Expansión que observa de cerca lo que ocurre en la casa matriz. “Como integrante de la red mundial de manufactura del Grupo y de la marca Volkswagen, en Volkswagen de México seguimos de cerca y con mucha atención lo que acontece en nuestra casa matriz”, detalló la empresa en un correo electrónico.
Volkswagen de México dijo seguir comprometida con su plan de producir modelos competitivos y fortalecer su posición en Norteamérica. “Este compromiso se ve reflejado en procesos robustos; una ofensiva de modelos acorde a cada necesidad y segmento del mercado y, sobre todo, nuestra apuesta al futuro de la movilidad”.
¿Qué sigue para el Grupo Volkswagen?
Ante la rápida transición de China hacia un mercado completamente eléctrico, Volkswagen ha anunciado que aumentará su oferta de vehículos eléctricos en los próximos años, enfocándose en la rentabilidad.
Mientras tanto, la empresa prevé que 2024 será un año complicado, lo que la llevó a ajustar su previsión de retorno operativo sobre ventas, de 7-7.5% a 6.5-7%.