El presidente de EE UU regresará desde Canadá a Washington este mismo lunes
El presidente estadounidense, Donald Trump, abandonará la cumbre del G-7 (Canadá) esta misma noche, un día y medio antes de lo previsto, debido al peligroso aumento de las tensiones en Oriente Próximo. Trump asistirá a la cena de gala de la reunión antes de regresar a Washington.
En unas breves declaraciones a la prensa a su llegada a esa cena, Trump indicaba: “tengo que regresar”. “Probablemente estén viendo lo que yo veo, y tengo que volver lo antes posible”, agregaba, “ojalá pudiera quedarme mañana, pero ellos (el resto de líderes del grupo) lo entiende”. Junto a él, el anfitrión de la cumbre, el primer ministro canadiense Mark Carney, asentía: “lo entiendo completamente”.
La portavoz de la Casa Blanca había anunciado poco antes el súbito cambio de planes del presidente. “El presidente Trump tuvo un gran día en el G-7, incluso firmó un gran acuerdo comercial con el Reino Unido y el primer ministro Keir Starmer.
La cadena de televisión Fox News ha informado de que Trump ha convocado una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional en la Sala de Crisis de la Casa Blanca a su llegada a Washington.
Poco antes del anuncio de la portavoz, Trump había instado a la población de Teherán a evacuar de inmediato Iraí Las fuerzas armadas israelíes han lanzado la misma advertencia, al anticipar que golpearán “objetivos militares” en la zona.
Irán “tenía que haber firmado el ‘acuerdo’ que les dije que firmaran. Qué lástima, y qué desperdicio de vidas humanas”, había escrito Trump en Truth, su red social. “Dicho simplemente, Irán no puede tener un arma nuclear. Lo he dicho una y otra vez. ¡Todo el mundo debería evacuar Irán de inmediato!”, había agregado.
Tras una reunión con el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente estadounidense había instado horas antes a Irán a renunciar a sus actividades nucleares. “Creo que se va a firmar un acuerdo, o algo va a pasar, pero se firmará un acuerdo e Irán sería insensato si no lo hace”.
En respuesta a las tensiones, el Pentágono ha reforzado su presencia militar en el Mediterráneo y en Oriente Próximo en los últimos días. Entre el domingo y el lunes ha enviado aviones caza adicionales y al menos un buque de guerra. Pero en un comunicado insiste en que su “postura sigue siendo meramente defensiva, y eso no ha cambiado. Protegeremos los intereses y a los ciudadanos de Estados Unidos”.
Según declaraba el presidente francés, Emmanuel Macron, en Kananaskis, Trump ha puesto sobre la mesa la posibilidad de un alto el fuego entre Israel e Irán. “Hay efectivamente una oferta para reunirse e intercambiar. Se ha planteado una oferta para básicamente lograr un alto el fuego y lanzar entonces unas conversaciones más amplias”, explicaba. “Ahora tendremos que ver si las partes lo aceptan”.
El presidente estadounidense, que llegó el domingo al enclave en las Montañas Rocosas, había participado en las sesiones plenarias de este lunes en la reunión de líderes de democracias desarrolladas. También había mantenido reuniones bilaterales con el anfitrión, el primer ministro canadiense Mark Carney; el canciller alemán, Friedrich Merz; el jefe de Gobierno británico, Keir Starmer; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba.
Este martes tenía previsto haberse reunido con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que aterrizaba en Canadá al mismo tiempo que la Casa Blanca anunciaba la marcha de Trump.
A lo largo del primer día de conversaciones de los líderes de siete democracias desarrolladas – EE UU, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia yJapón- y la Unión Europea, las divisiones en el grupo habían quedado de manifiesto.
Europa había promovido una declaración colectiva para una desescalada en Oriente Próximo, en la que se estipulaba que Israel tenía derecho a defenderse e Irán no debía poder hacerse con armamento nuclear. Pero un alto cargo estadounidense había confirmado que Trump no estaba dispuesto a firmar ese documento.
Las desaveniencias también habían quedado expuestas en torno a la guerra en Ucrania. Los europeos proponen nuevas sanciones contra Moscú, especialmente un recorte al tope máximo al que Rusia puede vender su petróleo, su principal fuente de ingresos. Ese tope, según la propuesta de la UE, quedaría en 45 dólares por barril.
Pero la situación en Oriente Próximo, que ha disparado los precios del crudo, hace más difícil conseguir un acuerdo en torno a esa medida, según reconocían este fin de semana fuentes europeas. Y en declaraciones este lunes el presidente estadounidense confirmaba su escepticismo, al indicar que las sanciones “nos cuestan un montón de dinero”. Trump también se lamentaba porque el grupo hubiera expulsado en 2014 a Rusia, que había ocupado ese año la península ucrania de Crimea, y se mostraba favorable a readmitir a Moscú y a permitir el ingreso de China.
Los aranceles estadounidenses, el otro gran tema dominante en la cumbre, acaparó las bilaterales que mantuvo el presidente estadounidense este lunes. Tras su reunión, Von der Leyen indicaba en un mensaje en X que habló con Trump sobre asuntos prioritarios, como Ucrania, y el comercio, cuando se acerca la fecha del 9 de julio en la que el estadounidense amenaza con imponer gravámenes del 50% al bloque europeo. “Sobre el comercio, hemos dado instrucciones a nuestros equipos para que aceleren su trabajo para lograr un acuerdo bueno y equitativo”, escribía la líder de la Comisión Europea.
Resultados similares se llevaban Carney e Ishiba, cuyas delegaciones anunciaron que continuarán los contactos para cerrar acuerdos. Trump firmaba también la formalización de un acuerdo con el Reino Unido, logrado ya en mayo pero que aún no se había comenzado a aplicar, que exime de gravámenes al sector aeroespacial británico y los recorta del 25 al 10% en el sector automotriz.