En tanto que otras empresas lograron reducir sus pasivos sustancialmente entre 2019 y 2024, la mexicana permanece como la de mayor déficit, con un débito de 97 mmdd
Petróleos Mexicanos (Pemex) continúa siendo la empresa petrolera con la deuda más elevada a nivel mundial, manteniendo este estatus desde el sexenio pasado. Al cierre del tercer trimestre de 2024, los pasivos de Pemex alcanzaron los 97,309 millones de dólares, superando las de competidores globales como Shell, Chevron, BP y Exxon, así como las de otras empresas estatales como Petrobras, Gazprom y Saudi Aramco. Esta situación se da en un contexto donde otras compañías lograron reducir significativamente sus deudas en los últimos años.
Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC, atribuye esta carga financiera a una estrategia enfocada en la refinación, un sector con márgenes de ganancia reducidos, mientras la extracción de crudo de Pemex ha caído a 1.5 millones de barriles diarios, la cifra más baja en 45 años. “Esto, sumado a problemas operativos, de seguridad y bajas calificaciones crediticias, dificulta el refinanciamiento y el flujo de efectivo”, indicó Monroy.
Durante el sexenio anterior, la deuda de Pemex disminuyó un 8%; sin embargo, el sector petrolero global mostró un contraste en el mismo periodo, con compañías como Petrobras y BP reduciendo sus deudas en 69% y 45%, respectivamente. Este ajuste fue posible en gran medida gracias a conflictos internacionales que elevaron los precios del crudo y a mejoras en la eficiencia operativa.
Un Problema Histórico
La elevada deuda de Pemex no es un problema nuevo. Desde 2007, los pasivos de la empresa han aumentado constantemente, alcanzando los 105 mil millones de dólares en 2018 durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. La política de utilizar a Pemex como una “caja chica” ha sido un factor clave. Ramsés Pech, analista de Caraiva y Asociados, señaló que Pemex ha sido usada como recaudador de impuestos y para financiar el gasto corriente del país. “Lo único que se ha hecho es refinanciar con diferentes tasas de interés, lo cual agrava la situación en un contexto de alza de tasas”, mencionó Pech.
La situación fue reconocida en 2020 por José Ángel Gurría, entonces secretario de la OCDE, quien afirmó que la extracción de un alto porcentaje de los ingresos de Pemex generaba una “pérdida artificial” en la empresa.
Perspectivas a Futuro
Expertos alertan que si Pemex no reorienta su estrategia hacia actividades rentables, la situación podría empeorar. Miriam Grunstein, académica del Centro México de Rice University, destacó que la reforma energética y el enfoque en la refinación han generado pérdidas adicionales. Según la consultora Susana Cazorla, de SICEnrgy, las refinerías de Pemex no están optimizadas para procesar el crudo pesado, lo que limita su rentabilidad.
En el sexenio pasado, el gobierno destinó 1.1 billones de pesos a Pemex para apoyar el pago de deuda y la construcción de la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, cuyo costo duplicó el presupuesto inicial, alcanzando los 16,800 millones de pesos. Los analistas concluyen que la empresa requiere un cambio de enfoque que ponga en primer plano los objetivos técnicos y financieros, priorizando actividades con mayor potencial de retorno económico.