La inteligencia artificial (IA) se ha metido en nuestras vidas de forma vertiginosa (hace menos de un año de la irrupción de ChatGPT) y dirige ya, sin que nos demos cuenta, casi todas las actividades cotidianas, desde las películas que vemos hasta nuestro trabajo, compras o relaciones. Un estudio sobre su uso en objetivos de sostenibilidad, publicado en Nature, detectó que entre el 70% y el 80% de los usos tienen consecuencias positivas, pero el resto de los efectos pueden ser negativos. Estos porcentajes son extrapolables a otras áreas y ambos son cruciales porque afectan a las vidas, a la salud, …
La regulación de la inteligencia artificial se acelera después de que controle ya todos los ámbitos
Un total de 28 países y la Unión Europea urgen la implantación de normas que eviten entre el 20% y el 30% de los efectos negativos que se esperan de los nuevos sistemas
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