Aunque las pipas dejaron de ser el transporte favorito del huachicol, el robo de gasolina no ha desaparecido: ahora se oculta en bolsas gigantes dentro de tráileres comunes. Una nueva estrategia criminal está en marcha… y ya fue detectada por las autoridades
En Guanajuato, los huachicoleros han innovado sus métodos. De acuerdo con autoridades estatales, ya no usan pipas(autotanques tradicionales) para transportar el combustible robado, usan bolsas plásticas industriales de gran tamañodentro de cajas de tráiler . Estas bolsas gigantes, resistentes a la gasolina, se colocan ocultas en remolques cerrados, convirtiendo a tráileres aparentemente convencionales en cisternas clandestinas. La ventaja para los delincuentes es el sigilo: el camión pasa desapercibido al no llevar un tanque visible, reduciendo sospechas en retenes y operativos.
¿Qué tipo de bolsa puede contener gasolina sin disolverse o romperse?
Fuentes de la industria señalan que se trata de contenedores flexibles conocidos como flexitanks o bolsas a granel. Están fabricados con múltiples capas de polietileno de alta resistencia, usualmente revestidas por una funda exterior de polipropileno tejido . Estas bolsas industriales pueden almacenar enormes volúmenes (entre 12 mil y 26 mil litros en formatos estándar) y cuentan con válvulas y boquillas de llenado en la parte superior para facilitar su carga y descarga . Al ser herméticas y diseñadas para líquidos, toleran combustibles como diésel e incluso gasolina sin degradarse. De hecho, su uso original es legal en el transporte a granel de químicos, jugos o aceites, pero los huachicoleros las han adoptado para fines ilícitos. En Hidalgo, por ejemplo, ya se había detectado gasolina robada transportada en simples bolsas de plástico en automóviles particulares – una modalidad “artesanal” que en Guanajuato ahora escala a nivel industrial con tráileres cargados de flexibolsas llenas de hidrocarburo.
Paradójicamente, mientras las tomas clandestinas en ductos de Pemex habían mostrado cierta reducción en Guanajuato – se reportó una disminución de 40% en perforaciones ilegales respecto a 2023 – los grupos criminales perfeccionaron sus formas de tráfico. Lejos de ceder, el huachicol ha resurgido con fuerza en la entidad durante 2024 y 2025. Tan solo en 2024, Guanajuato acumuló 850 tomas clandestinas en ductos de Pemex , el equivalente a una perforación cada 10 horas. Y en el primer trimestre de 2025, el “ordeñe” de ductos creció 26% frente al mismo periodo del año anterior , según datos oficiales.
La escalada se refleja en los aseguramientos récord de combustible robado. Entre finales de 2024 y principios de 2025, las autoridades estatales y federales han decomisado cientos de miles de litros de hidrocarburos ilegales. De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Paz de Guanajuato, entre septiembre de 2024 y marzo de 2025 se incautaron 485,400 litros de combustible ilícito, un salto de 1,480% comparado con los 30 mil litros del mismo lapso un año antes . Y la cifra sigue en ascenso: en lo que va de 2025 se han asegurado alrededor de 820 mil litros de huachicol en el estado . Tan solo en un operativo reciente, el 17 de mayo de 2025, un cateo en la comunidad Campestre Primavera de León descubrió un mega almacén clandestino con más de 220 mil litros de combustible robado . En ese lugar se hallaron dos contenedores flexibles de 47 mil litros, una bomba despachadora tipo gasolinera (adaptada para vender el combustible ilegal) y 7 tractocamiones, además de 92 remolques tipo caja seca listos para movilizar el hidrocarburo . La escena parecía la de una gasolinera encubierta: los traficantes operaban como si fuese un centro de distribución paralelo de Pemex, pero en la sombra.
Otros aseguramientos ilustran la magnitud del problema. En Villagrán –municipio históricamente ligado al huachicol– apenas en abril se localizaron 50 mil litros de hidrocarburo en un solo inmueble, con cuatro personas detenidas . En Salamanca, el corazón petrolero del estado, se han encontrado pipas abandonadas con cargamentos de hasta 40 mil litrosde combustible robado . Incluso municipios alejados de los ductos, como León, se convirtieron en bodegas: aparte del caso Campestre Primavera, días antes se había desmantelado otro centro clandestino de gasolina en la comunidad Lomas de Comanjilla, también en León . Y en la carretera federal 43D, en mayo de 2025, la Policía Estatal interceptó un tractocamión tipo pipa con 63 mil litros de diésel de procedencia ilícita, cuyo chofer no pudo acreditar con documentos la legalidad del cargamento . Las pruebas periciales indicaron que dicho combustible tenía características de diésel extranjero, presumiblemente contrabandeado al país .
Este negocio ilegal ha desarrollado incluso su propia logística de traslado y venta. Las autoridades han identificado un corredor conocido popularmente como la “ruta del huachicol”, que aprovecha la red de ductos que atraviesan Guanajuato. Un ejemplo es el poliducto que viene desde el puerto de Tuxpan, Veracruz, pasa por la refinería de Tula, Hidalgo, cruza Querétaro y entra a Guanajuato hacia la refinería de Salamanca . A lo largo de ese trayecto –que incluye municipios guanajuatenses como Apaseo el Alto, Celaya, Villagrán y Salamanca– han florecido puntos de venta ilegal de combustible a pie de carretera . Ahí acuden desde conductores de transporte público hasta productores agrícolas en busca de gasolina y diésel más baratos, alimentando un mercado negro que drena millones de pesos de Pemex y del fisco.
La respuesta de las autoridades ha sido intensificar los operativos interinstitucionales. El gobierno estatal, en coordinación con Pemex, la Sedena, la Guardia Nacional y la FGR, ha reforzado la vigilancia en los corredores industriales y petroleros de la entidad . “No vamos a permitir que el robo de combustibles vuelva a niveles de crisis”, han señalado mandos de Seguridad, recordando los años 2017-2020 cuando Guanajuato padeció una ola de violencia ligada al huachicol . Hoy, cada gran aseguramiento es presentado como una victoria en la protección de la seguridad energéticadel país y de la economía regional . Sin embargo, pese a los golpes asestados, la red ilícita muestra una resiliencia preocupante.
El Cártel Santa Rosa de Lima, detrás del huachicol
Detrás de este fenómeno delictivo en Guanajuato opera el Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL), una organización criminal local que convirtió el robo de hidrocarburos en su principal negocio. Este grupo surgió alrededor de 2014 y ganó notoriedad a partir de 2017, cuando declaró abiertamente la guerra al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para mantener el control del huachicol en la región . Aquella pugna desató una escalada de violencia sin precedentes: tan solo en 2018 se registraron más de 2,600 homicidios en Guanajuato, y en 2019 la cifra rondó los 2,800 , muchos vinculados a la disputa entre el CSRL (de base local) y el CJNG (de alcance nacional) por la “ruta del huachicol”. Municipios como Villagrán, Celaya, Salamanca e Irapuato –donde se concentran ductos e infraestructura petrolera– se volvieron de los más violentos del país en esos años .
El líder más conocido del CSRL fue José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, quien se erigió en símbolo de la resistencia huachicolera local frente al avance del CJNG. El Marro fue finalmente capturado en agosto de 2020, en un operativo militar, lo que supuso un golpe a la organización. Pero el cártel no desapareció; por el contrario, siguió operando mediante familiares y lugartenientes de confianza. Una de esas figuras emergentes fue Karem Lizbeth N., “La Señora”, hermana de El Marro, identificada por autoridades como la nueva cabeza en las sombras del cartel del Bajío . Alrededor de ella se conformó un círculo de operadores que continuaron el negocio del huachicol.
Entre estos operadores destaca Norma Idalia N., apodada “La Italiana”, considerada la “reina del huachicol” en Guanajuato. La Italiana fungía como pieza clave del CSRL: coordinaba la administración de los recursos financieros obtenidos por el robo de combustible y sostenía la estructura operativa del cartel . Su influencia era tal que estaba directamente ligada a La Señora, actuando como su principal operadora financiera . En diciembre de 2024, en vísperas de Navidad, La Italiana fue detenida junto a varios cómplices durante un operativo en la localidad de Jaralillo, Gto. . Este arresto fue anunciado por el Gobierno federal como un golpe significativo a la estructura del Santa Rosa de Lima. De hecho, las autoridades señalan que la captura de La Italiana debilita las finanzas del CSRL y podría conducir a información sobre las “entrañas” de este grupo delincuencial .
No obstante, el CSRL ha demostrado ser un enemigo formidable y adaptable. Incluso ha infiltrado fuerzas del orden: en mayo de 2025, once elementos de la Guardia Nacional fueron sorprendidos protegiendo una toma clandestina en Apaseo el Alto. La policía municipal llegó al predio (cercano al macrolibramiento Celaya-Palmillas) y halló a los guardias nacionales custodiando un tractocamión que estaba conectado con mangueras a un ducto perforado . Los soldados involucrados –un teniente, dos subtenientes y ocho tropa– no supieron explicar su presencia y terminaron detenidos, junto con armas largas y vehículos oficiales asegurados en el lugar. Las investigaciones apuntan a que estos elementos traicionaron su deber y trabajaban al servicio del huachicol, evidenciando el nivel de corrupción y complicidad que puede alcanzar este delito.
El robo de combustible en Guanajuato ha pasado de ser una actividad furtiva a convertirse en un sofisticado esquema criminal, con conexiones que van desde el campesino que vende gasolina robada en bidones junto al camino, hasta funcionarios y fuerzas de seguridad coludidas. La introducción de bolsas contenedoras gigantes dentro de tráileres es tan solo la última manifestación de esa astucia criminal. Ante ello, las autoridades redoblan esfuerzos: cateos simultáneos, vigilancia de ductos con drones, operativos en carreteras y una estrategia de inteligencia financiera para seguir el rastro del dinero. Guanajuato libra una batalla en múltiples frentes contra el huachicol, sabiendo que está en juego la paz de sus comunidades, la seguridad de sus carreteras y los recursos energéticos de la nación