Las compañías agrícolas del estado republicano llevan 30 años oponiéndose al TLC y T-MEC y peleando por un mercado que mueve 3 mil mdd.
Al cabo de casi 30 años de esfuerzos, los poderosos jitomateros de Florida lograron un sueño acariciado: colocar a las lucrativas exportaciones de ese vegetal mexicano en una posición desventajosa en el mercado estadunidense, a pesar de la oposición de la cúpula del sector privado y de que la acción se traduzca en mayores precios del producto y de sus derivados para los consumidores.
En un nuevo capítulo de su blitzkrieg comercial, el presidente Donald Trump aceptó implementar el fallo adoptado por el Departamento de Comerciohace tres décadas a petición de los productores de Florida, de que el vegetal rojo mexicano se comercializa en Estados Unidos“por debajo de un valor justo”, y decidido aplicar a las exportaciones del país del sur un arancel de 17.09 por ciento de inmediato.
La implementación del fallo de 1996, que establecía tarifas punitivas contra las exportaciones mexicanas de jitomate, había sido pausado durante 29 años gracias a que ambos países alcanzaron ese año un “Acuerdo de Suspensión”, renovado en 2002, 2008, 2013 y 2019, para evitar las sanciones, a condición de que nuestro país aceptara el establecimiento de un precio base por libra.