Con 327 votos a favor y 118 en contra, la Cámara de Diputados aprobó este martes una reforma constitucional que modifica los artículos 4° y 5° para prohibir la comercialización de cigarros electrónicos y vapeadores, así como la venta y consumo de drogas sintéticas, entre ellas el fentanilo.
La iniciativa, impulsada por la bancada de Morena y sus aliados, busca garantizar el derecho humano a la salud y frenar los daños provocados por el consumo de estas sustancias, especialmente entre menores de edad y jóvenes. Durante el debate, el diputado morenista Gerardo Ulloa señaló que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, al menos un millón de adolescentes y 15 millones de adultos son usuarios regulares de tabaco, lo que afecta gravemente su salud.
“¡Cero tolerancia a estos productos! Hay quienes prefieren proteger intereses económicos antes que la salud de las personas”, declaró Ulloa desde tribuna.
Tras su aprobación en lo general, se presentaron entre 30 y 40 reservas en lo particular, de las cuales solo fue aceptada una, propuesta por la morenista Guadalupe Ortega Tiburcio. Esta modificación técnica incorporó al documento las reformas del llamado “Plan C”, aprobadas previamente, para evitar que la enmienda las contradijera o anulara.
El Partido Acción Nacional (PAN) aprovechó esta situación para señalar que Morena y sus aliados estaban corrigiendo errores cometidos en reformas anteriores, como la extinción de siete organismos autónomos el pasado 21 de noviembre.
Aunque PAN y PRI apoyaron la reforma en lo general por su enfoque en el combate al fentanilo, ambos partidos criticaron la prohibición de los cigarros electrónicos. Argumentaron que esta medida no desincentiva su consumo y podría incluso fomentar el mercado negro.
Movimiento Ciudadano (MC), único partido que votó en contra en ambas votaciones, consideró que prohibir estas sustancias no elimina su uso, sino que fortalece las actividades de grupos delictivos y priva al gobierno de ingresos fiscales, estimados en 12 mil millones de pesos anuales por concepto del IEPS.
“¿A poco con la prohibición del alcohol las personas dejaron de consumirlo? Morena nos está quitando la libertad de decidir. Va a venir el gobierno a decirnos qué podemos o no consumir, como si fuéramos niños”, expresó la diputada Iraís Reyes.
Por su parte, Éctor Jaime Ramírez Barba, del PAN, cuestionó la inclusión del fentanilo y los cigarros electrónicos en un mismo dictamen, y defendió a estos últimos como una alternativa menos dañina al tabaco tradicional.
El dictamen será enviado al Senado para su revisión y eventual aprobación. Esta reforma marca un paso decisivo en la política de salud pública del país, aunque sigue generando un intenso debate sobre sus implicaciones para los derechos individuales, la economía y la lucha contra las adicciones.