Al menos 15 rastros clandestinosoperan actualmente en la Sierra de Puebla, según estimaciones de la Unión Ganadera Regional de esa zona, lo que representa un riesgo sanitario para la población. Esta situación ha impulsado a los ganaderos a exigir una reforma integral a la Ley Ganadera del estado, que no ha sido actualizada en dos décadas y presenta vacíos legales en materia de trazabilidad e identificación animal.
Fernando Patiño García, presidente de la Unión Ganadera Regional de la Sierra Oriente, advirtió que la falta de rastros certificados en municipios como Ixtepec obliga a productores a recurrir a casas de matanza informales. “El presidente municipal de Ixtepec nos expresó su preocupación por el bienestar de los alumnos que llegan de toda la sierra al Bachillerato Tecnológico Agropecuario Ixtepec de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), pues el consumo de carne de dudosa procedencia representa un riesgo latente”, sostuvo el dirigente.
La ingesta de productos de origen animal procedentes de rastros clandestinos implica riesgos graves para la salud pública. Autoridades sanitarias y especialistas advierten que la proteína sacrificada y procesada en condiciones insalubres puede estar contaminada con bacterias como salmonela y Escherichia coli, virus de hepatitis A, parásitos como el cisticerco, así como residuos de medicamentos prohibidos, entre ellos el clembuterol. Estas sustancias y microorganismos pueden provocar intoxicaciones alimentarias, diarrea, insuficiencia renal, hepatitis, infecciones parasitarias, taquicardia, hipertensión, lesiones hepáticas, alteraciones metabólicas y, en casos graves, cáncer estomacal o complicaciones cardiovasculares. Además, la ausencia de controles sanitarios y la falta de supervisión en estos sitios impide detectar si los animales estaban enfermos, lo que incrementa la posibilidad de transmisión de enfermedades zoonóticas.
La proliferación de rastros clandestinosestá directamente relacionada con la falta de controles efectivos de trazabilidad y rastreabilidad en el centro del estado, donde predomina la producción de leche y no existen certificaciones como las que mantienen la Sierra de Puebla y la Sierra Norte, avaladas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos Esta carencia dificulta la identificación del ganado y el control de enfermedades, lo que, según Patiño García, “pone en peligro la salud pública y la seguridad alimentaria”.
La situación se agrava ante la inminente llegada del gusano barrenador, plagaque amenaza a 50 mil cabezas de ganado en la región y que podría propagarse con mayor facilidad si no se refuerzan los controles sanitarios y la trazabilidad del hato. “La trazabilidad es indispensable para contener brotes de enfermedades y garantizar la calidad de la carne que llega a la mesa de los consumidores”, subrayó el representante ganadero.