Los fabricaste se ahorraban en la compra de materias primas.
Siete personas, vinculadas a dos empresas de la ciudad italiana de Brindisi (sur), han sido acusadas de fabricar piezas irregulares y de una calidad “notablemente inferior” para un avión de la compañía Boeing, que podrían “impactar en la seguridad”.
Los imputados deberán responder de los delitos de asociación criminal, atentado a la seguridad de los transportes, contaminación ambiental y fraude, según ha informado la Fiscalía de Brindisi.
Los fiscales consideran que estas dos empresas -de las que no ha dado el nombre- han proporcionado piezas “con características de resistencia estática y al estrés notablemente inferiores” a la compañía Leonardo-Aerostruttura para la producción de varias partes del ‘Boeing 787 Dreamlines’.
Esto, según los investigadores, podría tener consecuencias “en la seguridad del transporte aéreo”.
En concreto, las empresas utilizaban titanio puro -y no la aleación requerida- para las partes de la estructura del avión que debían construir y las piezas de aluminio fabricadas eran “deformes”, con lo que “ahorraban en la compra de materias primas”.
Las pesquisas, llevadas a cabo tras una rogatoria internacional de Estados Unidos, han permitido a las autoridadesconfiscar alrededor de seis mil partes del avión, que serán también examinadas.
Un peritaje de Boeing ha confirmado que algunos “componentes estructurales no conformes podrían, a largo plazo, crear perjuicios a la seguridad de los aviones” por lo que ha tenido que emprender una campaña extraordinaria de mantenimiento en los aparatos afectados.
Tanto Boeing como la compañía Leonardo, especializada en el sector aeroespacial, han colaborado con las investigaciones como partes afectadas por la actividad de las dos empresas involucradas.
Una segunda parte del trabajo de la Fiscalía de Brindisi ha revelado un delito medioambiental ya que los imputados desechaban en los terrenos del polo industrial de la ciudad “peligrosas sustancias contaminantes” derivados de la producción de metales.
Los agentes de la Guardia de Finanza (policía fiscal y de frontera italiana) se han incautado de 35 cisternas con mil litros cada una de residuos“especiales peligrosos” y otras doce vacías.