Las renuncias por exceso de trabajo crecieron 57% en el último año, mientras que las condiciones inseguras se mantuvieron como uno de los principales motivos de abandono de empleo.
En el último año, 675,000 personas renunciaron a su empleo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Las condiciones inseguras, el deseo de un mejor salario, continuar con los estudios y las responsabilidades familiares, fueron los principales motivos por los cuales los trabajadores abandonaron sus empresas.
Según las cifras reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 17.7% de las renuncias se vinculó con condiciones laborales deteriorada o que implicaban riesgos para la salud. Se posicionó como el principal motivo de abandono de empleo.
Un 15.0% de las renuncias son atribuibles al deseo de seguir estudiando, un 13.7% son por responsabilidades familiares y un 12.0% a la búsqueda de mejores salarios o sentido de superación profesional.
Si bien sólo 10,584 abandonos de trabajo estuvieron relacionados con cargas laborales excesivas, este renglón tuvo un crecimiento anual de 57.2%, uno de los motivos de renuncia que más aumentó.
“En los últimos años se ha visibilizado más la importancia de la salud mental y se ha hablado más de factores de riesgo psicosocial, temas que antes no se hablaban, y ahora que se ha hecho visible, las nuevas generaciones son conscientes de las sobrecargas, la falta de capacitación, el derecho a la desconexión digital. Esta consciencia laboral genera este tipo de decisiones y que se distinga cuando se rebasan los límites y los derechos”, opina Ivonne Borden, fundadora de la firma Agregando Valor.
En términos nominales, la cifra de renuncias por no poder responder a las exigencias del trabajo es la más alta desde el 2020, desde entonces, tuvo una tendencia a la baja, hasta los resultados del primer trimestre de este año.
“Ahora tenemos un restablecimiento del sistema, sin importar cómo se restablece. Y este tipo de renuncias responden a un desbordamiento de los límites laborales saludables, las exigencias, en ocasiones por recortes de personal, están siendo excesivas. Además, la baja formación de liderazgo y el propio estrés que viven, desencadena en malas prácticas, pueden ser inconscientes, pero impactan”, expone Yunue Cárdenas, CEO y fundadora de Menthalising.
De acuerdo con el informe de Tendencias de talento 2025 de Page Group, las personas se encuentran en una recalibración de prioridades en el mundo laboral, el balance vida-trabajo es una de ellas. De hecho, el 48% prioriza este equilibrio entre ambos mundos en una oferta de empleo.
Para Ivonne Borden, las renuncias por cargas poco manejables es un reflejo de modelos de liderazgo que no se han actualizado y factores organizacionales, como rezagos en descripción de puestos o ausencia de indicadores de productividad basados en el negocio.
“Todo el desorden organizacional, hace que en ciertas áreas haya cuellos de botella y sobrecargas de trabajo, y todo obedece también a una cultura de trabajo basada en las buenas relaciones y la disposición por hacer cosas, y no basada en indicadores y procesos bien definidos”, apunta la especialista.
Por otra parte, Yunue Cárdenas subraya que las personas están priorizando su bienestar. “No es falta de compromiso, es el síntoma del exceso de trabajoque traemos desde muchos años atrás. Los jóvenes están viendo los efectos en las personas adultas de que una vida laboral sin límites no trae los mejores resultados”.
En ese sentido, opina la especialista, la tendencia es un llamado a la acción para las empresas en cuanto a la gestión adecuada de cargas de trabajo, pero también de promoción de entornos psicológicamente seguros, y para los trabajadores, la fomentar el diálogo.
Conflictos con líderes, ligeros cambios
Las renuncias por conflictos con líderes se mantuvieron estables con respecto al año previo. En total, 56,582 personas dejaron su empleo por diferencias con sus jefes, y aunque se trata de un crecimiento de poco más de 1,000 casos, representan el 8.3% de todos los eventos de abandono de trabajo registrados por el Inegi.
“Un liderazgo deficiente puede afectar negativamente la moral, la motivación y el compromiso de los empleados. Los empleados que sienten que sus líderes no los apoyan adecuadamente, no valoran sus contribuciones o no comunican efectivamente las expectativas y objetivos, son más propensos a buscar oportunidades en otros lugares”, señala MetLife en su informe El impacto del nearshoring en las tendencias de beneficios para empleados.
En ese reporte, el 54% de las personas que planea renunciar a su trabajo atribuye su intención al comportamiento de su jefe.
“Si tenemos líderes que desconocen de indicadores reales de productividad, de cambios generacionales, de modelos de gestión de cambios, tenemos líderes ahogados, y que si bien pueden tener buenas intenciones, tienen escenarios laborales de hace una década que ya no funcionan para el contexto actual”, puntualiza Ivonne Borden.
En eso coincide Yunue Cárdenas. Las políticas y los contratos no siempre son la causa raíz de factores de riesgo psicosocial, sino “la relación con los jefes. Hay grandes problemas que no tienen que ver con proceso, sino con liderazgo”